Querida Mari Puri:
Este fin de semana me he metido un cierto espíritu en las venas. No, no me he pinchado con nada, no te preocupes. Solamente he descubierto que la única mascletà que se puede ver sin el peligro de ataques de demofobia es esta de la fiesta de la Virgen de los Desamparados, ocasión en que todavía se nota una cierta resaca fallera. No, no me refiero a la voz grave de Rita Barberá ni a la belleza ex-fallera de la odontóloga Elena Muñoz Carpi, ni al estilo tonto-chic de Jorge Juan. Es la gente que celebra la nostalgia fallera, no la Virgen. Despues de la ofrenda en que toda la fallera llora, hay que seguir con la fiesta.
Hay ciertas cosas que solo pueden pasar en suelo levantino, el que ha creado la paella. Como los toros, Marí. En particular, como los picadores pinchando miles de veces al toro. Como las falleras mayores infantiles, como la Virgen celebrada con emoción por los políticos, como el reflejo metálico, que quiere ser oro, pero no puede, Marí.
Por todos estos acontecimientos siento envidia de la señora Rita, pero Rita Barata Silvério, que además de tener mejores toros, tiene un alcalde que es portada en revista gay. Ella que ademas de feminista, es prohumista y no tiene que soportar sucedáneos de Fátima acompañados de masclets, tros de bac y tracas. Pero no es envidia mala.
Ave Mari. Mari Purí. Un beso, guapa.
segunda-feira, maio 14, 2007
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